Hablemos ahora de qué son las acciones, por qué las emiten las empresas y por qué atraen a los inversores.
Para ello, imagine una historia. Imagina una pequeña zapatería con un solo propietario. Supongamos que el propietario fabrica botas de piel de cocodrilo. Este producto es único y muy demandado, porque estas botas son muy duraderas y cómodas. Actualmente, el propietario sólo puede producir un par de botas al día, y el número de pedidos es de 2 pares diarios. Para satisfacer la demanda de sus clientes, contrata a un empleado y compra el doble de piel de cocodrilo y otros materiales necesarios. ¿Con qué dinero? Con todas las ganancias que acumuló anteriormente. El taller ahora satisface la demanda de dos pares de botas al día.
Más tarde, el taller recibe un pedido corporativo de 90 pares de botas al mes. Para cumplir con el nuevo pedido, hay que fabricar cada día 3 pares de botas adicionales a esas 2. Pero ¿de dónde saldrá el dinero para comprar todos esos materiales y contratar a tres empleados más? Al fin y al cabo, ni siquiera todo el beneficio acumulado anteriormente será suficiente para una escala así. Para no perder un gran cliente, el dueño del taller acude al banco para pedir un préstamo. El banco está dispuesto a concederle un préstamo con garantía del taller (es decir, si el propietario no devuelve el préstamo, le quitarán el taller). Pero todo va bien, el propietario contrata a tres empleados más, compra materiales y saca cinco pares de botas al día. Con los ingresos, paga el préstamo y los intereses.
Volvamos a ese hermoso día en que la tienda recibió un pedido de 90 pares. El propietario podría haber rechazado el préstamo y esperar el beneficio acumulado, pero para ello habría tenido que negociar un mayor plazo de entrega con el posible comprador, y eso podría haber supuesto la pérdida del pedido.
Resulta que necesitaba el crédito para aumentar rápidamente la producción y, por tanto, el tamaño de su empresa.
Gracias al crédito y a la demanda constante, el dueño de nuestro taller alcanza el nivel nacional y se convierte en el más famoso fabricante de botas de piel de cocodrilo con numerosos talleres en todo el país. Alrededor de él, mucha gente quiere comprar en el exitoso negocio.
Es entonces cuando empieza a pensar: por un lado tiene un gran negocio rentable, y por otro tiene la oportunidad de conseguir dinero a cambio de talleres, suministros, mano de obra de los empleados, conexiones comerciales y reputación. En definitiva, a cambio de todo lo que ha creado con sus propias manos y cabeza, que es muy difícil de vender individualmente.
Le gusta la idea, pero para conservar parte de su negocio, decide que sólo venderá un 25% de su empresa. Hace cuentas y se da cuenta de que ese dinero es suficiente para el resto de su vida (e incluso para vivir otra vida).
¿Y ahora qué? ¿Cómo vende algo que nadie va a comprar por partes? Continuará la próxima vez.
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